Belela Herrera, una referente en la historia uruguaya

La cámara muestra una mujer mayor haciendo saludos al sol en su casa. La intimidad de esa escena doméstica pronto se ve interrumpida por imágenes de una América latina movilizada, en blanco y negro, en la época en que las dictaduras lo teñían todo y hoy parecen volver como en un déjà vu. La mujer es la uruguaya Belela Herrera, cuya historia relata la película Una de nosotras, de otra uruguaya, Soledad Castro Lazaroff. “Contar esta historia tiene que ver con la necesidad de construir una pertenencia, una continuidad, que implique nuevos modos de pensar la relación que tienen y tuvieron las mujeres uruguayas con la política y los procesos de América latina”, dice la directora.

Herrera fue representante del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Santiago de Chile, Brasil, Costa Rica y Argentina en los años más duros de las dictaduras militares en América Latina. Sin embargo Castro Lazaroff no se queda con ese costado público y visible, también indaga sobre su transformación personal y vital. Herrera, dice, es también una mujer que se inventó a sí misma y torció el destino reservado a las muchachas de su clase social: unir en matrimonio su apellido a otro de la alta sociedad, una gran familia, una existencia cómoda y elegante. 

“Ella llegó a Chile junto a su esposo César Charlone, que representaba a un gobierno de derecha, que prefiguraba lo que sería, luego, la dictadura uruguaya. Llegó a Santiago a vivir en uno de los barrios residenciales de la ciudad, rodeada de “cuicos” (personas de clase alta). Sin embargo, en Chile se encontró con algo que desconocía: con la sociedad que había hecho posible el triunfo de Allende y con esos tres años increíbles de gobierno de la Unidad Popular, que fueron del 70 hasta el golpe del 73. Todo eso la transformó; no solo por sus nuevas amistades sino porque estaba lejos del Uruguay”, cuenta la directora.

 En Chile, Herrera finalmente decidió separarse de su marido, y empezó a ayudar a la gente perseguida por la dictadura de Pinochet, trabajo que desarrolló con tanta intensidad que terminaron ofreciéndole un cargo en ACNUR (la Agencia de la ONU para los Refugiados). La institución le sirvió de respaldo para tener desde dónde ayudar, desde dónde intervenir para salvar cientos de vidas.

Desde entonces su trabajo se hizo cada vez más intenso y se trasladó a Centroamérica. Tenía su oficina en Costa Rica pero trabajaba en más de 11 países, que en esa época estaban siendo intervenidos militarmente o se encontraban atravesando guerras civiles. Desde allí, Belela Herrera negociaba con grandes figuras de la historia de América Latina. En la película se cuenta, por ejemplo, el contacto que hizo con Omar Torrijos -dictador de Panamá desde 1968 a 1981-, para salvar a un grupo de refugiados salvadoreños. Gestión que terminó con la fundación de una ciudad en medio de la selva, llamada Ciudad Romero.

El documental -una coproducción de Guazú Media y Matilde Michanié, con el apoyo de Ibermedia y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA)- se estrenó el 24 de octubre en el Cine Gaumont y continuará exhibiéndose por distintos canales alternativos. En diálogo con PáginaI12, su directora profundiza sobre el personaje, sus vínculos con el feminismo y la situación actual de América Latina.

– ¿Por qué contar esta historia?

Una de mis preocupaciones como feminista tiene que ver con la búsqueda de referentes mujeres, vinculadas a la política, que merecen un lugar en la historia uruguaya. Nuestro relato del pasado nacional está lleno de grandes nombres patriarcales; salvo muy escasas excepciones, las mujeres tienen, en el relato oficial, un lugar de compañía o de apoyo a grandes procesos que, supuestamente, no protagonizan. Contar esta historia tiene que ver con la necesidad de construir una pertenencia, una continuidad, que implique nuevos modos de pensar la relación que tienen y tuvieron las mujeres uruguayas con la política y los procesos de América Latina. La historia de Belela Herrera es excepcional porque realmente se trata de un personaje con una trayectoria política enorme en todo el mundo, pero también es alguien con una humildad y una ternura muy especiales. Además, creo que el cine es un lugar fundamental para disputar el relato cultural hegemónico y dejar vivas miradas íntimas que de otro modo se perderían.

-¿Cómo se inscribe su historia en la genealogía de las mujeres y feministas de Uruguay y de América latina?

– Belela es una mujer de clase alta, no es una persona que haya venido de abajo, pero sin embargo se la jugó para ayudar a la gente y utilizó sus privilegios a favor de la lucha colectiva, identificándose con las izquierdas latinoamericanas de modo muy profundo e íntimo, no desde la teoría sino desde la acción. Además, construyó su vida pensando que iba a dedicarse a ser madre y esposa, y el despertar político le vino con el tiempo, ya grande, cuando el contexto la obligó a tomar partido. Eso me parece muy interesante e ilustrativo en torno a cómo las mujeres toman las decisiones a la hora de hacer política, lo que se pone en juego, y cómo hay en su vida un tránsito hacia encontrar una realización que tiene que ver con la vida pública, con su trayectoria personal, con un trabajo que nunca abandona.

Por otro lado, es muy impresionante ver cómo se rebela contra lo que se esperaba de ella en su propia familia, cómo se libera de los mandatos y empieza a ser ella misma. Creo que ver cómo era la vida de nuestras abuelas y cómo es la nuestra sirve para demostrar de qué hablamos cuando decimos “revolución silenciosa”, cuando reflexionamos acerca del avance en derechos que hemos tenido las mujeres y repasamos cómo fuimos nosotras mismas las que nos otorgamos esos nuevos lugares.

-La película transita por su vida personal y su vida política, muestra que ninguna podría separarse de la otra. ¿Cómo lo entendés vos?

Pienso que hay algo muy hondo en el modo en que alguien empieza a tomar decisiones en contra de su propia comodidad, en contra de lo que se espera. Belela cuenta que escondía los ejemplares de Marcha debajo de la cama para que su marido no se irritara. Ese tipo de afirmaciones demuestran que había algo en ella que sobrevivió a pesar de todas las opresiones que puede haber vivido, a pesar de todos los mandatos, y eso es lo más personal y subjetivo que existe. Pero a la vez, el proceso que hizo en torno a empezar a darle bola a eso que tenía adentro no fue introspectivo, sino que estuvo atado a la coyuntura política que le tocó vivir. Creo que su vida demuestra esa asociación, tan importante en los tránsitos de izquierda, entre lo público y lo privado, pero además nos sirve para pensar que en el caso de las mujeres ese devenir implica tensiones entre distintas partes de la misma persona: sus decisiones con respecto a la maternidad, sus posibles relaciones de pareja, y un larguísimo etcétera.

-Se estrenó en un momento en que América Latina vuelve a estar movilizada, y dialoga con ese pasado y la herencia que nos deja. ¿Cuál es tu análisis de este presente?

No esperé que al momento de estrenar la película nos encontráramos en esta situación, con un Chile donde vuelven a desaparecer personas por la represión, con un Ecuador donde los pueblos indígenas están luchando desesperadamente por sus derechos básicos, con lo que pasa en Bolivia… con un Brasil donde se asesinan más de 100 líderes campesinos y ambientalistas por año, con un Haití prendido fuego. Además, en Uruguay, en las elecciones más del 10 por ciento de la gente votó un partido de ultraderecha llamado Cabildo Abierto, lo que implica que habrá militares en el parlamento, en cargos muy importantes de poder. Así que creo que rescatar figuras como la de Belela, que fue capaz de hacer el bien y tener una actitud humana en las épocas más oscuras, más allá de su procedencia social o de la madurez de su ideología, nos enseña algo muy importante: la responsabilidad de ver dónde estamos parados y hacer, con eso que tenemos, algo para ayudar a los demás. 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/235409-belela-herrera-una-referente-en-la-historia-uruguaya

Talvez le guste...

Posts populares

Deja un comentario