Coronavirus: Bolsonaro dice que Brasil puede "salir de la normalidad democrática"

Desde Brasilia

 Jair Bolsonaro afirmó este miércoles  (más bien amenazó) que se “puede acabar” la democracia si la crisis causada por el coronavirus desemboca en una “caos”.

“Lo que pasó en Chile va a ser una ´fichita´ ( nimiedad) al lado de lo que puede acontecer en Brasil, todos vamos a pagar un precio que llevará años para ser pagado, si no es que Brasil sale de la normalidad democrática, esa normalidad que ustedes tanto defienden, nadie sabe lo que puede pasar en Brasil”, lanzó Bolsonaro.

Lo dijo ante periodistas que lo indagaron sobre el avance del coronavirus que en una semana pasó de dos a 48 muertos, un cuadro sanitario frente al cual algunos gobernadores decretaron la cuarentena.

Bolsonaro habló de la dolencia pero demostró que su intención era poner el acento en la incertidumbre democrática que podría avecinarse. “Brasileños despierten ante la realidad (..) si no nos despertamos ante la realidad de acá a pocos días , dejo claro, de acá a pocos días, puede ser demasiado tarde (…) el caos aparece en el horizonte”.

Calificó como “demagogos” a los gobernadores que determinaron la suspensión de las actividades económicas y cierre de escuelas, principalmente en San Pablo y Rio de Janeiro. Alegó que el aislamiento de la poblaciones llevará a un parate de la economía, desocupación y descontento.

En ese sentido, repitió lo dicho en cadena de radio y televisión el martes por la noche: hay que salir a trabajar porque el virus es una enfermedad de gravedad menor, una “gripecita”.

El mensaje del martes por la noche fue reprobado por sonoros cacerolazos en San Pablo, Rio de Janeiro, Porto Alegre, Salvador de Bahia y prácticamente todas las capitales del país. Desde los balcones de barrios de clase media y media alta se gritó , con bastante enojo, “Fuera Bolsonaro” e “Impeachment”. Todavía no se tiene una dimensión de la repulsa en barrios pobres, pero hay noticias iniciales de desconento en algunas favelas de Rio de Janeiro. 

Este marte fue el octavo día seguido de protestas con tachos y cacerolas, ya que no se puede ocupar las calles por la cuarentena. Mientras se prepara una para el 31 de marzo, aniversario del golpe militar de 1964. La ocurrida ayer en Brasilia tuvo una magnitud inédita abarcando varias regiones que hasta ahora se habían mantenido indiferentes.