Elecciones en Irán: apatía y abstencionismo

Los iraníes votaron este viernes, sin gran entusiasmo, para elegir a un nuevo presidente, en un proceso que tiene al ultraconservador Ebrahim Raisi como gran favorito para asumir las riendas de un país en una grave crisis económica y social.

El presidente tiene poderes limitados en Irán, donde el poder real está en manos del guía supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei. Este viernes emitió elprier voto en Teherán, dando por abiertas las urnas, y llamó a los casi 60 millones de electores a cumplir su “deber” cívico “lo más temprano” posible.

El malestar generalizado de los ciudadanos en este país azotado por el covid y las sanciones estadounidenses y la descalificación de cientos de candidatos a las elecciones hacen prever una elevada abstención, que podría batir el récord del 57 por ciento de las legislativas de 2020.

Después de tres semanas de campaña apática, las autoridades decidieron ampliar el horario de votación hasta la medianoche , e incluso podría extenderse hasta dos horas más.Los resultados se conocerán al final de la mañana del sábado y, en caso de que ningún candidato alcance el 50% de los votos, se organizará una segunda vuelta el 25 de junio entre los dos más votados.

– “Alguien ya fue escogido” –

De los siete candidatos autorizados por las autoridades, tres de los cuales se retiraron el miércoles, el claro favorito es Raisi, de 60 años y jefe de la autoridad judicial.

Sus rivales son un diputado poco conocido, Amirhosein Ghazizadeh-Hashemi; un excomandante en jefe de los Guardianes de la Revolución, el general Mohsen Rezai, y un tecnócrata, Abdolnaser Hemati, expresidente del Banco Central y el único considerado reformista de la contienda.

La campaña fue sosa, con pocos afiches electorales en la capital, Teherán, la gran mayoría de los cuales mostraba el rostro austero de Raisi con su habitual turbante negro. 

En una calle de Teherán, una enfermera cubierta con un chador negro aseguraba que votaría por Raisi, “el candidato más competente” que ha sabido luchar “resueltamente contra la corrupción”.

Abolfazi, un herrero sexagenario que había defendido la Revolución Islámica de 1979, actualmente se dice decepcionado de las opciones políticas que hay.”Yo amo a mi país, pero no acepto a estos candidatos”, declaró

Said Zarii, comerciante, tampoco fue a votar. “Vote o no […], alguien ya fue escogido: organizan las elecciones para los medios de comunicación”, comentó.

– Marcados por las sanciones –

El presidente Hasan Rohani, un moderado que apostaba por una apertura hacia Occidente y una ampliación de las libertades individuales, fue reelegido en 2017 en primera vuelta con una participación del 73 por ciento. No pudo postularse de nuevo tras dos mandatos consecutivos de cuatro años.

Este viernes tras votar, reconoció que hubiera querido ver “más gente” participando.”Las elecciones son importantes pase lo que pase y pese a los problemas, debemos ir a votar”, dijo Rohani, en alusión a los candidatos descalificados.

Uno de ellos fue el expresidente ultraconservador Mahmud Ahmadineyad, que este viernes publicó un mensaje de video para denunciar unas elecciones organizadas “contra los intereses del país”. “No quiero participar en este pecado”, dijo.

Las esperanzas surgidas con la elección del moderado Rohani se convirtieron en decepción tras el golpe que significó la retirada de Estados Unidos en 2018 del acuerdo nuclear iraní firmado tres años antes en Viena.

El consecuente restablecimiento de las sanciones estadounidenses agravó el descontento y el rechazo a las autoridades en Irán, que vivió dos olas de protestas en el invierno boreal de 2017-2018 y en noviembre de 2019, ambas violentamente reprimidas.

Para la oposición en el exilio, Raisi es la encarnación de la represión y su nombre está asociado a las ejecuciones en masa de detenidos de izquierda en 1988, aunque él niega toda participación.

La prioridad del próximo presidente debería ser la recuperación económica.

En este punto, todos los candidatos coinciden en decir que ello requiere levantar las sanciones estadounidenses impuestas bajo el gobierno de Donald Trump, objeto de negociaciones en la capital austriaca para salvar el acuerdo de Viena y reintegrar a Estados Unidos.

El camino hacia la Presidencia de Raisí, actual jefe del Poder Judicial, quedó allanado cuando el Consejo de Guardianes vetó las candidaturas de los pocos políticos reformistas o moderados que podían servir de contrapeso. La apatía y descontento del habitual electorado de este sector hizo el resto.

Según un estudio de intención de voto publicado hoy por la televisión estatal, el clérigo ocupa el primer lugar con un 68,9   por ciento de los apoyos. El único candidato moderado, el exgobernador del Banco Central Abdolnaser Hematí, se sitúa en el tercer puesto.

“El candidao de consenso”

Favorito del sistema teocrático, Raisí ha sido alzado en los últimos días asimismo como “el candidato de consenso nacional”, pese a los temores que suscita una figura tan ultraconservadora en una parte de la población.

Esa frase fue tendencia en Twitter ayer y ha sido empleada en diversos medios iraníes para referirse al clérigo chií, después de que recibiera el apoyo de algunos supuestos reformistas y de ulemas de la rama suní del islam, minoritaria en Irán.

Raisí, que votó a primera hora de la mañana en la mezquita Ershad de Shahre Rey, en el sur de Teherán, prometió “estar al servicio de todo el pueblo” y no de un grupo político determinado.

Imagen desoladora

De todos los colegios electorales que visitó solo el centro de votación de Hoseiniye Ershad estaba concurrido, aunque principalmente por periodistas, como es habitual debido a que allí votan personalidades conocidas.

El resto presentaba una imagen desoladora. Pocos votantes o incluso ninguno en el interior y, por supuesto, sin las colas en la puerta o en los patios que se podían ver en rondas anteriores.

En concreto, la mezquita Mahdie, en la zona sureña de Shush, estaba totalmente vacía y los responsables de las mesas electorales esperaban aburridos la entrada de algún votante. Una escena similar se repitió en otro par de centros en el sur y centro de la capital, en los que no se permitió a Efe realizar grabaciones.

Cerca de la citada mezquita de la calle Javarán, donde solo había un puñado de votantes, principalmente mujeres con chador, dos tenderos continuaban con su rutina ajenos a la jornada electoral.

“No vamos a participar, los que votan van obligados”, comentó uno de ellos mientras pesaba un kilo de tomates, en alusión a que a los trabajadores del sector público se les exige mostrar el sello de haber sufragado.

Sorprende si cabe aun más la baja afluencia teniendo en cuenta que en esta jornada, además de las presidenciales, se celebran simultáneamente comicios municipales y elecciones parciales al Parlamento y a la Asamblea de Expertos.

Conscientes de que los sondeos oficiales más optimistas dan una participación del 47 %, las autoridades han vuelto en esta jornada a instar a la población a acudir a las urnas para evitar que el sistema de la República Islámica quede debilitado. 

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/349218-elecciones-en-iran-apatia-y-abstencionismo

Elecciones en Irán: apatía y abstencionismo

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