En Chile, la primera línea son las mujeres

Desde Santiago

La primera línea es por definición un concepto político en las calles de esta ciudad. Lo usa el pueblo movilizado pero también los carabineros para ir sobre su vanguardia. que son las mujeres que marchan hoy, los jóvenes que marcharon ayer y en cada uno de los días desde que se replica en las pancartas el “Fuera Piñera”. A las 12 del mediodía la Plaza Baquedano volverá a ser la Plaza de la Dignidad, así rebautizada desde el 18 de octubre pasado en que el país cambió. El 8M tendrá una espesura política colosal.

Javiera Manzi de la Coordinadora feminista que organiza la convocatoria dijo: “Seremos la primera línea contra el terrorismo de Estado”. 2020 seguramente superará a 2019 en un escenario nacional que se dio vuelta como una media. “En cinco meses no se ha soltado la calle” declaró la antropóloga de la misma organización Francisca Fernández Droguett mientras anticipaba que la marcha se dará en el contexto de un paro nacional de mujeres de dos días que culminará mañana.

El gobierno de Sebastián Piñera, desbordado y en franco declive –tiene apenas un seis por ciento de aprobación según una encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) de enero– solo da respuestas espasmódicas además de la represión. Anunció con edulcorante cómo hará para seguir de cerca la marcha por el Día Internacional de la Mujer. Serán carabineras y no carabineros las destinadas en los alrededores de la plaza. La general Berta Robles, coordinadora policial del 8M, adelantó que “la marcha de por sí no va a ser considerada una alteración del orden público”.

Poco les importa a las feministas que militan en la izquierda ese detalle. Para Francisca Barbosa, del Movimiento Anticapitalista “los pacos (carabineros) y las pacas son lo mismo, nuestros enemigos”. Las manifestantes organizadas convergerán sobre Plaza de la Dignidad por la que se abrió un trámite municipal para que de manera oficial cambie de nombre. Lo harán “desde la zona norte, sur, el oriente y el poniente para llegar juntas a las 12” informó Manzi. La intensidad con que estas mujeres se organizan en la lucha contrasta con el paro testimonial de once minutos convocado por el Bloque Sindical de la Mesa de Unidad Social y la Confederación Única de Trabajadores (CUT) para las 11 del miércoles 11 en que se cumplen dos años del gobierno de Piñera.

Ese día continuarán las protestas en todo Chile y además de esa reducida medida gremial se realizará un cacerolazo a las 20.30, programado por aquel espacio sindical al que se le cuestiona su posición conciliadora desde el feminismo, las distintas expresiones de la izquierda y los jóvenes que ganaron la calle. La dinámica del conflicto no se detiene y está claro que ha superado a ciertas dirigencias. En lo que va del año ya se organizó un “mochilazo estudiantil” de los secundarios o las ya habituales “bicicleteadas” del primer martes de cada mes. Pero los sectores que siguen en la calle apuestan a mucho más: un paro general y la salida de Piñera del gobierno.

La Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios venía trabajando sobre la idea de un marzo activo y participativo, con distintas medidas de lucha. En febrero ya había anunciado que este “no será un año escolar normal hasta que se cumplan las reivindicaciones y las demandas del pueblo”. Víctor Chanfreau, nieto de un militante del MIR chileno detenido-desaparecido en 1974 y con una cara de pibe que aparenta todavía menos que sus 18 años, explicó cuál es la clave de su lucha: “Este es el momento de cambiar la PSU y eliminar por completo las pruebas estandarizadas”.

Se refería a las Pruebas de Selección Universitaria que se tomaron en todo el país para poder ingresar a la Universidad. Los estudiantes organizados las boicotearon por ser restrictivas y porque además son exámenes de nivelación pagos. El gobierno los persiguió por eso. Les abrió causas judiciales para amedrentarlos.

Este es apenas un motivo entre los tantos por los que Chile tiene ahora otra imagen ante el mundo. Pasó de ser el único modelo económico de desarrollo posible para las consultoras del establishment, el niño mimado del neoliberalismo en Sudamérica, al país de los excluidos que ahora luchan por mejorar su propio destino. La medida más hechicera para los represaliados que se le ocurrió al gobierno de Piñera fue darles cursos a los carabineros en Derechos Humanos, control de estrés y primeros auxilios, y establecer nuevos protocolos de detención de manifestantes en coordinación con la secretaría de DDHH. Comenzaron el 7 de enero. En su último operativo importante practicaron decenas de arrestos en los alrededores de Plaza Dignidad.

El diario La Tercera informó: “Los 44 ‘primera línea’ detenidos en la Zona Cero: 16 menores, 5 extranjeros y 4 con antecedentes penales”. En el centro de la histórica plaza donde volverán a reunirse en unas horas miles de mujeres todavía se mantiene la estatua ecuestre del general Manuel Baquedano, comandante en jefe durante la Guerra del Pacífico (1879-1884). El ejército teme por su progresivo deterioro. Ya le pidió tres veces su traslado al ministro de Defensa, Alberto Espina, para resguardar su “integridad y seguridad”. Condiciones que el gobierno de Piñera no le garantiza a cualquier ciudadano chileno de a pie en un país donde las autoridades están más interesadas en resguardar los bienes materiales que en proteger las vidas humanas.

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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/251615-en-chile-la-primera-linea-son-las-mujeres

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