“¿Por qué el CEO de Starbucks ganó un bono de 20 millones de dólares en plena pandemia?” | Se preguntó la abogada sindical Cathy Creighton 

Con la esperanza de impulsar la lucha de los trabajadores estadounidenses, los empleados de una cafetería de la cadena Starbucks en Buffalo, Nueva York, votaron a favor de la creación del primer sindicato en los 50 años de historia del gigante del café. Los resultados fueron anunciados el jueves pasado por la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB), un organismo estatal que convocó una votación por correo tras aceptar el pedido de los camareros de este y otros dos locales para asociarse bajo el paraguas del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU).  El éxito de los trabajadores de Starbucks es especialmente llamativo en Estados Unidos, dado el escaso nivel de afiliación sindical en el sector privado: solo el 6,3 por ciento de los trabajadores están sindicados, y en cafeterías y restaurantes el nivel de afiliación apenas alcanza al 1,2 por ciento de la fuerza laboral. 

El contexto actual, sin embargo, parece favorable ya que miles de trabajadores en distintos puntos del país se están sumando a huelgas por mejores salarios y condiciones laborales, o incluso para promover la afiliación sindical. Estos además cuentan con el apoyo de representantes del ala más izquierdista del partido demócrata, como Bernie Sanders o Alexandria Ocasio-Cortez.

La ofensiva fallida de Starbucks 

De los 27 trabajadores de la tienda de Starbucks en la avenida Elmwood, 19 votaron a favor de la sindicalización. Los trabajadores de un segundo local en las cercanías del municipio de Hamburg votaron 12 a 8 en contra de unirse al sindicato. La votación en una tercera tienda en Cheektowaga, otro suburbio de Buffalo, terminó 15/9 a favor de la sindicalización aunque hubo siete boletas impugnadas, por lo que el resultado de la votación permanece en el limbo a la espera de una revisión por parte de la NLRB. “Creo que estos resultados marcarán una tendencia en la que otros empleados se darán cuenta de que cuentan con un método para obligar a sus empleadores a escuchar sus voces y preocupaciones en el trabajo“, aseguró Cathy Creighton, directora de Relaciones Laborales e Industriales de la Universidad de Cornell, en diálogo con PáginaI12.

La dirección de Starbucks no tardó en disimular su disgusto por los resultados y amenazó con los supuestos “efectos negativos” que recaerán sobre la empresa. “Si una parte significativa de nuestros empleados se sindicalizara, nuestros costos laborales podrían aumentar y nuestro negocio podría verse afectado negativamente por otros requisitos y expectativas que podrían cambiar la cultura de nuestros empleados, disminuir nuestra flexibilidad e interrumpir nuestro negocio”, aseguró la compañía a través de un comunicado.

Creighton remarcó que Starbucks podría sentarse con sus trabajadores y negociar un acuerdo “mutuamente aceptable” para ambas partes. “Sin embargo, Starbucks dice que continuará como siempre, sugiriendo que no aceptará la decisión de los trabajadores de tener democracia en el lugar de trabajo. El empleador puede negarse a negociar, lo que desencadenará una cadena de litigios que podría durar hasta cinco años. Durante ese tiempo Starbucks espera que los empleados pierdan interés, renuncien o sigan adelante con sus vidas”, advirtió la abogada sindical.

La cadena internacional había hecho todo lo posible para persuadir al personal de que votara en contra de la sindicalización, en una estrategia que incluyó el envío de altos ejecutivos a sus tiendas en Buffalo. Los trabajadores describieron una serie de acciones intimidantes, desde mensajes de texto y correos electrónicos antisindicales hasta reuniones semanales con la gerencia para advertir que los trabajadores podrían perder sus beneficios o crecer dentro de la compañía.

Ruth Milkman, socióloga laboral en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, aseguró que lo que se vio en Buffalo es “un reflejo del interés creciente entre los jóvenes trabajadores con educación universitaria en la organización laboral”. Sin embargo, Milkman cree que Starbucks seguirá resistiendo la sindicalización, en Buffalo y en todas partes. “Pueden ofrecer mejoras unilaterales en el pago y tal vez incluso en las condiciones de trabajo, pero eso es diferente de aceptar compartir formalmente el poder y firmar un acuerdo de negociación colectiva”, advirtió a este diario.

“Este es un momento histórico”

Los estragos causados por la pandemia de covid-19 fueron el detonante que empujó a estos trabajadores del sector servicios a exigir mejoras laborales y a iniciar procesos de sindicalización. “Este es un momento histórico”, dijo Michelle Eisen, barista desde hace 11 años en la tienda de Elmwood. Casey Moore, otra de las jóvenes que lideró la lucha, contó que de los 20 compañeros de trabajo, apenas cinco son hombres. “Creo que es muy empoderador ver cómo otras mujeres lideran esta pelea. Es verdaderamente emocionante”, expresó Moore rebosante de energía a sus 25 años.

Frente a los titánicos esfuerzos de Starbucks por abortar la votación, el sector más progresista del partido demócrata ha tomado partido por los trabajadores. Uno de los últimos en hacerlo fue el excandidato presidencial Bernie Sanders, quien celebró una reunión virtual con varios empleados en la que subrayó que “los trabajadores jóvenes están contraatacando contra una economía que solo funciona para los ricos”. Y la representante demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, quien se había reunido con los organizadores del sindicato de Starbucks en Buffalo el mes pasado, escribió luego de darse a conocer los resultados: “Nada como el aroma a café sindical de la mañana”.

Sindicalización en Estados Unidos

Un quinto de los trabajadores en el área de Buffalo, una región con una fuerte historia de trabajo organizado, pertenece a un sindicato, de acuerdo con la Universidad de Cornell: el número supera ampliamente el promedio nacional. Pese al intento fallido de sindicalización de los trabajadores de Amazon en Alabama, el apoyo a los sindicatos se ha elevado a un máximo de 50 años según una encuesta realizada por Gallup en agosto que mostró que el 68 por ciento de los estadounidenses aprueban a los sindicatos.

Los llamados a la huelga contra las malas condiciones laborales paralizaron el trabajo en una importante cantidad de empresas en los últimos meses, entre las que se cuentan la compañía multinacional Kellogg’s, el fabricante de tractores John Deere o la cadena de comidas rápidas McDonald’s. “El apoyo público para los sindicatos está creciendo y Biden es más simpático que cualquier presidente dentro de la historia reciente, pero la realidad en el terreno es que es muy difícil de ganar, ya que el management tiene una ventaja muy grande”, matizó Milkman.

Por su parte, Craighton advierte que para atacar el fondo del problema es necesario frenar la desigualdad de ingresos, y se pregunta: “¿Por qué el CEO de Starbucks debería ganar un bono de 20 millones de dólares por mantener abiertas las tiendas durante una pandemia, mientras los trabajadores corren el riesgo de enfermarse y morir?”.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/389129-por-que-el-ceo-de-starbucks-gano-un-bono-de-20-millones-de-d

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