Desde Mar del Plata
Una mujer filma lo que
tiene enfrente: el mar y una multitud que espera a Javier Milei hace
más de una hora. “Se está haciendo desear”, dice,
mientras toma el registro. Está junto a cientos de personas en las
escalinatas de Playa Grande, donde el diputado convocó a una
clase y al polémico sorteo de su dieta, en el marco de una gira nacional. De golpe, la mujer nota
que muchos de los presentes clavan la vista en un punto. Ese punto es
la puerta del hotel Costa Galana. Desde allí sale Milei, pasadas las 20.30, custodiado,
claro; después de que desde el escenario lo
anuncien como el próximo presidente y de que suene “Panic Show”,
el tema de La Renga por el que tuvo controversia.
Corren, quieren tocarlo.
Encienden bengalas. El humo de color amarillo inunda la escena.
Muchísimos celulares registran el momento. La prensa lo rodea. En un
momento Milei –campera de cuero, barbijo celeste– se detiene. Salta
y canta, junto a sus seguidores: “La casta tiene miedo”. Otro
himno de la jornada: “Javi, mi buen amigo esta campaña volveremos a
estar contigo, alentaremos de corazón al liberal que despertó a mi
Nación. No me importa el kirchnerista, el macrista, el radical…
queda claro en Argentina, comunismo o libertad”. Cuando Milei sigue
bajando las escaleras, uno de los chicos de la organización, con
remera del Partido Libertario de Mar del Plata, intenta detenerlo.
“Javier… ¡te fuiste para el otro lado!”, le avisa. El muchacho putea, mastica bronca. Milei sigue su camino.
“No me lavo nunca más la mano”, avisa un chico a sus amigos. Es que con esa mano tocó a Milei. Al supuesto “próximo presidente”, como lo presentó Juliana Santillán, libertaria marplatense, antes de que el economista hiciera su “entrada triunfal”. Gorras que se venden en el evento anuncian ese mismo futuro. “Es la mejor manera de entrar”, define una mujer del público. Santillán había definido a Buenos Aires como la provincia más socialista de todas, mensaje que retomará Milei. Con palabras más duras: este evento ocurre en la provincia de Buenos Aires “gobernada por el socialista recalcitrante retrógrado de Axel Kicillof”. Los presentes responden con insultos.
Desde un escenario negro decorado con el logo del león, presente también en banderas que flamean sobre él, Milei canta, con el ritmo de aquél tema de La Renga, que “la casta corrió sin entender”. Hubo un problema con la ubicación del escenario: la organización no obtuvo permiso para cortar la calle; quería instalarlo más lejos de las escalinatas. Muchas personas se pegan a la valla, y desde más atrás es bastante difícil ver.
La clase pública se titula “La justicia social es injusta”. “No sé si lo que molesta es que les estemos devolviendo la plata a sus dueños originales o que se sabe cuánto gana un político en blanco y no pueden explicar los niveles de vida que llevan”, dice Milei, en relación al sorteo de su dieta, que se realizó un rato antes, para el que se anotó más de un millón de personas. Lo hizo su hermana, Karina Milei, con presencia de un escribano y tres testigos. Un hombre de 40 años, Federico Nacarado, ganó los más de 200 mil pesos que conforman el sueldo del legislador. A Karina –“la verdadera jefa de todo”, de acuerdo a un hombre del equipo de Milei– no se la escuchaba cuando hablaba. “Sacate el tapabocas, boluda”, llegaron a gritarle. Alguien gritó antes del sorteo, megáfono en mano: “Me imagino que ningún kirchnerista caradura se habrá anotado“.
“Nosotros no te vamos a regalar el pescado, te vamos a enseñar a pescar. Espero que después de esto bastantes argentinos despierten y no confundan populismo y repartir la ajena con devolverle el dinero a aquellos que lo generaron honestamente”, expresa Milei. Su clase tiene un propósito claro: pretende demostrar que el socialismo nunca funcionó. Da varios ejemplos sin ampliar demasiado: “Al dividirse el imperio austrohúngaro, a Austria le tocó ser capitalista, a Hungría comunista. Austria progresó, Hungría se hundió. Vean hoy lo que es Panamá contra Cuba”. Se centra en algunos conceptos económicos. Ataca a Marx: “Vivió primero de su padre, después se casó con una acaudalada mujer. Tenía una empleada doméstica”. “No le pagaba, era kirchnerista”, grita alguien del público.
Fuentes de la organización dicen que contaron 10 mil personas. La mayoría son jóvenes y hombres, como es habitual en los actos de Milei. Se ven pocas banderas que no sean las del león o la serpiente, que se consiguen, de acuerdo al tamaño, por 500 y mil pesos. Hay algunas de la UCeDe y del Partido Libertario, local y de Avellaneda. “Somos nuevos”, cuentan los militantes marplatenses. Hay varios puestos con el típico merchandising libertario. “Volaron los llaveritos de Espert con la frase ‘bala’, que remite a cuando la policía actúa“, dice un vendedor. “Cuando fuimos a Rosario se vendían más vasos térmicos, acá salen más las gorras, debe ser por el clima. También lo que es barato, pañuelos y stickers.” En los puestos se pueden conseguir pañuelos, pins con leyendas que expresan toda la ideología libertaria (100 por ciento barrani certificado, qué boludos son los comunistas, por ejemplo), afiches, ojotas.
Más temprano, en Playa Grande -donde alquilar una sombrilla cuesta 6 mil pesos, y una carpa 6.900, un dato que puede dar una idea de qué pasaría si todo quedara librado al mercado-, los jóvenes comienzan a armar el after beach al son de la música electrónica que sale de un complejo. Un joven se sienta en la escollera. Observa los veleros alejarse. “En este país es todo una cagada. Nos falta la bandera de Estados Unidos”. No va a ir al acto de Milei, pero le gusta. Le gusta lo que a muchos otros también: “Que no copia a nadie”. No tiene mucho más para decir sobre él.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/395023-javier-mieli-sorteo-su-primer-sueldo-de-diputado
Javier Mieli sorteó su primer sueldo de diputado | El peligroso show de la antipolítica