Son el sector al que Marcos Peña dejó afuera de las listas nacionales. Y a los que les dicen despectivamente “los orcos”, porque son los que –hasta ahora– hacen el trabajo sucio o la rosca política. Y también son los que están pasando factura, después de la derrota electoral. Si bien el presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, no ha dicho nada, sí lo hizo uno de sus hombres de confianza, Nicolás Massot, que se burló del consultor Jaime Durán Barba al compararlo con el personaje del manosanta. Fue un tiro por elevación a Peña, sin mencionar al jefe de Gabinete. Otro diputado provincial le reclamó autocrítica a María Eugenia Vidal y también cuestionó al consultor ecuatoriano. En el entorno de Monzó ya piensan en un 2020 en el que Cambiemos se disolverá.
Tras la derrota en las PASO, siguen eclosionando las internas en Juntos por el Cambio. El consultor ecuatoriano Durán Barba debió sufrir en la cara la ira de la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, quien contó que lo echó del bunker del PRO. El gurú no se quedó atrás y se despachó contra las figuras “marginales” que denuncian fraude tras un fracaso electoral.
Pero a Durán Barba –que, a esta altura, es inescindible de la estrategia de campaña de Peña– le surgió otro frente. Lo cuestionó muy duramente el ex jefe de la bancada de Diputados del PRO, Nicolás Massot, un hombre cercano a Monzó. Massot publicó un tuit irónico en el que señaló la “notable rotación del manosanta” y puso una foto de Durán Barba en comparación con el personaje de Alberto Olmedo: una forma de llamarlo chanta. Además, adosó en la imagen una serie de frases de Durán Barba antes de la derrota de las PASO y después, donde se observa un cambio de tono y de discurso.
En las primeras, Durán Barba decía: “Alberto Fernández no tiene votos propios, no puede garantizar tampoco el voto duro de Cristina y su imagen es negativa”. Y sobre Cristina Fernández de Kirchner anunciaba catástrofes en caso de ganar: pronosticaba que armaría a barrabravas, presos comunes, motochorros y narcotraficantes “para que maten a sus opositores”. Después de la caída de Macri, 15 puntos abajo de Alberto Fernández, otra columna de Durán Barba –compartida por Massot– tiene un tono absolutamente distinto: “Gane quien gane, se necesita que Mauricio Macri y Alberto Fernández conversen y trabajen juntos por el futuro del país, tanto en la política interna como en el ámbito internacional. Es irreal negar la existencia del adversario, y peor aún tratar de eliminar a dos fuerzas políticas que representan ideas e intereses reales, y a cuatro quintos del electorado”.
El tweet de Massot que cuestiona a Durán Barba es un tiro por elevación al principal responsable de la campaña, es decir, Marcos Peña. Fue él, junto con María Eugenia Vidal, el que purgó la lista de personas cercanas a Emilio Monzó. El presidente de la Cámara baja fue muy crítico en el pasado, fue exiliado de la mesa chica del PRO por eso, coqueteó con declaraciones amistosas de Alberto Fernández en los meses previos a la elección y hoy se mantiene en silencio. Sus hombres hablan por él.
Massot no fue el único. El diputado provincial Guillermo Bardón, cercano a Monzó, también cuestionó al consultor ecuatoriano: “¿De qué se disfrazará Durán Barba para justificar su fracaso? ¿Dirá que la derrota se produjo porque ‘nos desperfilamos’ al sumar a Pichetto? Es posible viniendo de alguien que le dijo al Presidente que ‘los votantes confundían a Alberto con Aníbal Fernández’”, escribió Bardón en otro tuit incendiario.
En el encuentro con intendentes y candidatos que tuvo Vidal, la de Bardón fue una de las voces críticas. Se sabe: la relación entre la gobernadora bonaerense y Monzó es casi terminal. En el cierre de listas tuvieron una reunión que terminó muy mal y que el titular de la Cámara de Diputados interpretó como una humillación. “Más allá de la emoción que uno puede sentir en algunos discursos, yo me permito disentir con quienes dicen que no hay que hacer autocrítica. Si la autocrítica no es hoy, ¿cuándo uno la va a hacer?”, sostuvo Bardón –según reprodujo el portal Infobae–, en momentos en que Vidal había dicho que era muy pronto para la autocrítica.
“Si no tenemos la capacidad de reconocer que lo de agosto fue un verdadero fracaso, que perdimos por 20 puntos, que no hubo el corte de boleta que tanto se pregonaba y si seguimos depositando la culpa en el otro, no veo posibilidades ni capacidad de revertir una situación que es complicada para todos”, indicó Bardón, una de las voces más críticas del encuentro. Vidal no le contestó.
En el espacio de Monzó, insisten en que no habrá saltos a otros espacios hasta el 10 de diciembre. Cada uno seguirá donde está. “Y después vamos a ver, porque está claro que Cambiemos deja de existir como tal”, sentenciaron. Habrá que ver si finalmente Monzó abre su consultora para comienzos del año que viene. Seguro que Durán Barba no le pide consejo.
Fuente: https://www.pagina12.com.ar/214811-la-rebelion-de-los-orcos-macristas