“La sangre derramada”

Desde La Rioja

En una multitudinario ceremonia ayer a la mañana del sábado en el Parque de la Ciudad de La Rioja, la Iglesia Católica proclamó como beatos y propuso como ejemplo de vida al obispo Enrique Angelelli y a tres de sus colaboradores, asesinados en 1976 por la dictadura militar. Por delegación del papa Francisco el acto fue presidido por el cardenal italiano Giovanni Angelo Becciu, Prefecto (ministro) de la Congregación de las Causas de los Santos, acompañado por el obispo local Dante Braida, el presidente y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Oscar Ojea y Marcelo Colombo respectivamente, y otros cincuenta obispos de todo el país, junto a centenares de sacerdotes y fieles llegados desde toda la Argentina. También estuvieron presentes familiares de los mártires ahora beatificados.

En representación del gobierno nacional asistió la vicepresidenta Gabriela Michetti, que no fue tan bien recibida (ver aparte). Además se hicieron presentes el Secretario de Culto de la Nación Alfredo Abriani, el gobernador de La Rioja Sergio Casas, el de Salta Juan Manuel Urtubey, el de Córdoba Juan Schiaretti y la de Catamarca Lucía Corpacci. En representación del Partido Justicialista participó su presidente, el diputado Luis Gioja.

Junto a Angelleli fueron beatificados los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longeville, y el campesino militante católico Wenceslao Pedernera, todos ellos colaboradores del obispo y asesinados, según lo sostiene la Iglesia, por su adhesión a la fe cristiana. Pedernera era oriundo de San Luis, trabajó en Mendoza y luego en La Rioja. Casado y padre de tres hijas, fue activo militante católico e integró el movimiento rural de la Acción Católica donde llegó a ser coordinador regional. En 1972, Pedernera y su esposa se sumaron en La Rioja a las filas de Movimiento Rural animado por Angelelli. El 24 de julio de 1976, mientras dormía en su casa de la localidad riojana de Chilecito, Pedernera fue sorprendido y acribillado delante de su familia por un grupo de tareas.

En su alocución el enviado papal, cardenal Becciu, presentó a los nuevos beatos como “modelo de virtud y fortaleza de la fe hasta el martirio”, desatando el aplauso de la concurrencia.

En el lugar se instaló una gigantografía con la foto de los cuatro mártires y una leyenda en la que se lee “Vivan los mártires riojanos”, que presidió el escenario de la ceremonia.

“Después de haber obtenido el parecer de la Congregación de la Causa de los Santos, con nuestra autoridad apostólica concedemos que los siervos de Dios Enrique Ángel Angelelli Carletti, obispo de La Rioja, Gabriel Rogelio Longueville, sacerdote diocesano, Carlos de Dios Murias, sacerdote profeso de la orden de frailes menores y Wenceslao Pedernera, padre de familia, mártires fieles de Cristo, de ahora en adelante sean llamados beatos y que sea celebrado cada año y según las reglas establecidas, el 17 de julio día del nacimiento al cielo”, dijo el cardenal Becciu.

Días atrás los obispos argentinos habían asegurado que “los mártires riojanos son una bendición para la Iglesia en Argentina” y rogaron que “la sangre derramada por ellos fecunde nuestro compromiso apostólico y nuestro camino de santidad”.

En la conferencia de prensa previa a la ceremonia de beatificación el cardenal Becciu dijo sobre los nuevos beatos que “son verdaderos mártires, de una época en la que la Iglesia, inmediatamente después del Concilio Vaticano II, tomó conciencia de que no se podía permanecer en silencio de frente a las injusticias sociales o a los grupos de poder que se garantizaban la existencia”. 

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Fuente: https://www.pagina12.com.ar/190362-la-sangre-derramada

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