Marcos Peña y las caras del PRO que anticipan los resultados

Esta vez no dijo que estaban contentos por la buena elección que habían hecho. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, prefirió cuestionar el sistema electoral vigente e intentar instalar, como ya había hecho a la mañana, que si hay un resultado “muy finito” habrá que esperar al escrutinio definitivo (que termina en dos semanas) para saber si hay o no ballottage a nivel nacional. Esa fue la estrategia de los jefes de campaña de Juntos por el Cambio, que dieron una conferencia de prensa con rostros que dejaban pocas dudas sobre un resultado muy desfavorable.

Hasta las seis de la tarde, el bunker de Macri en el Costa Salguero -el lugar que eligió para casi todas sus elecciones- parecía dormido. No estaba ni la clásica música rockera que había atronado durante las victorias macristas, ni tampoco había casi público. Ni siquiera se lo había visto al Mago sin Dientes. Pasadas las seis, comenzó la música, el humo inundó el escenario y todo comenzó a despertarse. No era cosa de que pareciera un funeral.

Peña encabezó la comitiva que salió a hablar a las 18.15, junto con el jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai, y el ministro de Espacio Público porteño, Eduardo Macchiavelli. Allí profundizó la veta de la mañana, en la que había dicho: “Los resultados oficiales estarán a la noche, pero como planteó Rogelio Frigerio, hasta es posible que tengamos que esperar al escrutinio definitivo para poder saber qué ocurrió con la elección. Esa perspectiva no fue confirmada por ninguno de los funcionarios que se ocupan del escrutinio provisorio que, por el contrario, señalaron que todo transcurriría con normalidad. Fue lo que dijo el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, apenas concluyó el horario para votar.

Peña intentó eludir las diferencias (“Frigerio y yo dijimos lo mismo”) y cuestionó los festejos del Frente de Todos: “Nos parece un poco aventurado y va a en contra de la veda”, sostuvo cada vez que le pidieron definiciones. El jefe de Gabinete se dedicó a plantear que hubo denuncias por irregularidades, para lo que pidió la asistencia de un poco convencido Salvai, quien no emitió más que una oración: “Se hicieron un montón de observaciones de irregularidades, que están en manos de la Justicia electoral”. Impermeable al resultado, Peña atacó el sistema de votación, al que consideró “arcaico” y lo culpó de las “fricciones que hay para contar los votos”. “Esperemos que se haga todo el paz y dentro de la competencia democrática”, sostuvo, con el gesto duro.

Luego volvió sobre su teoría de que puede ser necesario esperar al escrutinio definitivo (que, dentro del Gobierno, él sostiene en soledad): “Si hay una tendencia muy finita, ese es un mecanismo que puede ser utilizado por los candidatos para ponerse de acuerdo”. Y llegó a esbozar que tienen “muy buenos datos de muchos lugares”. Cuando le preguntaron si Mauricio Macri tenía previsto recibir a Alberto Fernández el lunes por la mañana, contestó: “Si hay ballottage, no hay mucho sentido de una reunión con Alberto Fernández”.

El jefe de Gabinete se retiró en un bunker donde no está previsto que asistan los aliados: Elisa Carrió ya avisó que no va y los radicales estaban dedicados a los escrutinios en las provincias, con Alfredo Cornejo en Mendoza. Sí contarían con la presencia de María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta. No es poco.